NO NOS DEJEMOS CONTAGIAR POR EL PESIMISMO


La tristeza, como la alegría, se contagia con facilidad.Pero mientras la alegría es salud para las personas, la tirteza, cuando se mantiene en el tiempo, es un debilitador nato que mina nuestras fuerzas y nos provoca vulnerabilidad e inseguridad. El paso que hay desde la tristeza prolongada a un pesimismo generalizado e irracional es muy corto.
Es más fácil dejarse contagiar por el pesimismo reinante que ir a contracorriente y esforzarse en encontrar caminos que ayuden a superar las crisis.
Para salir de las situaciones difíciles un requisito previo es que la persona crea que hay opciones, y eso se logrará más fácilmente desde la ilusión que desde la desesperación.

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