El peligro del autoengaño

En situaciones límite, crear un mundo a medida y fantasear puede parecer beneficioso. Pero, a largo plazo, el precio que se paga por el autoengaño es muy elevado: la pérdida de la propia identidad.
En la mayoría de los casos, el miedo a ser juzgados, rechazados, a no poder cumplir con el ideal de cómo debemos ser, puede llevarnos a hacer lecturas parciales e interpretarlas a nuestro antojo o bien a reprimir, inhibir u ocultar ciertos aspectos de nuestra personalidad.
En el intento de mostrarse mejor de lo que es en realidad, la persona puede llegar a identificarse con sus medias verdades y crear un falso personaje con el que, sin darse cuenta, deje de ser ella misma.

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