Cómo aceptar que nuestros hijos se independizan

Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad.
No es que se van... es que la vida se los lleva. Ya no eres su centro.
Ya no eres propietario, eres consejero.
No diriges, aceptas.
No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas. Ya les crecieron alas y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya buscarán un amor, que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.

Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir.
Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, a la sombra del amor y al rendimiento de sus facultades.
Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas.
Tú quedas siempre en su interior aunque cambies de lugar. Haz de su vida tan feliz que cuando parta, sólo piense en regresar, aunque sea para tomar tu mano y estar junto a ti.
Disfruta tus hijos mientras puedas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares