¿Sólo los niños tienen ilusiones?


Si fuera así, ¡qué pena de los adultos¡ Quizás este es uno de los grandes errores de nuestra sociedad avanzada. Perder las ilusiones es como perder la brújula; si todo lo que nos queda es esfuerzo y trabajo, personalmente paso de este juego.
Con frecuencia dejamos que nos confundan las supuestas obligaciones y responsabilidades; de tal forma que nuestra vida parece limitarse a ellas. Hemos de encontrar un equilibrio entre lo que debemos hacer, lo que queremos conseguir y lo que nos gustaría realizar.
Obligaciones sin ilusiones es como el viento sin aire que azota la tierra seca; al final sólo queda polvareda.

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