Si hablas bien de los demás, te verán simpático

Hablar de terceros, sobre todo si son amigos comunes, cuando no están presentes sirve para afianzar opiniones con el que sí que está presente.
Sin embargo, se puede hablar de los demás de dos maneras: bien o mal. Y según la forma de la que hablemos con los demás, resultaremos más o menos simpáticos.
Los cotilleos maliciosos son indudablemente peores que los positivos si buscamos caer bien a los demás.
Es decir,  si decimos cosas agradables sobre los amigos, nos verán como personas agradables. Pero si no dejamos de hablar maliciosamente de ellos, la gente, inconscientemente, asociará con nosotros esos rasgos negativos.

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