Cuando los desórdenes mentales son debido al poco afecto de los padres

Buena parte de los desórdenes mentales del niño y del adulto tienen su origen en la inseguridad y el desamor vividos en el hogar en los primeros años de vida. Los padres secos, poco comunicativos, que no proporcionan amor a sus hijos, cometen un tremendo error, ya que la manifestación clara de cariño es la primera y más importante fuente de seguridad en el niño.
La seguridad tiene un doble componente:
- El físico, referido a la estabilidad, cuidado y desarrollo del cuerpo del niño, así como su protección ante los peligros.
-El afectivo, de amor y cariño desinteresado, y que es todavía más importante, ya que hace posible la expansión máxima de la responsabilidad.
No sólo hay que sentir el amor, hay que comunicarlo. Al final del proceso educativo, la protección física habrá desaparecido, mientras el componente afectivo seguirá intacto.

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