Los gestos de seducción

Existen gestos mecánicos que indican nuestro deseo de mostrarnos al otro: las mujeres juguetean con el cabello, se humedecen los labios o sonríen con la boca abierta. Los hombres se pasan la mano por el pelo, manosean su corbata o miran con atención el cuerpo de la mujer. Según avanza el galanteo, se producen miradas rápidas o prolongadas a los ojos.
Las mujeres suelen ser las primeras en intentar establecer contacto físico, tocando suavemente alguna parte del cuerpo del hombre ( el brazo, el hombro...). Si no, se recurre de forma inconsciente al tacto de seducción, con conductas como pasar el dedo varias veces por el borde de una copa o hacer figuras imaginarias en la barra de un bar.

Es importante hacer cumplidos

A todos nos gusta escuchar cosas agradables sobre nuestras conductas, aspecto... y, cuando aceptamos un cumplido, permitimos que la otra persona sepa que le apreciamos. Además, si hacemos cumplidos aumenta la posibilidad de que los demás nos los quieran hacer a nosotros. Pero existen dos reglas básicas: ser sinceros y elegir el momento adecuado.

La depresión del desempleado

El desempleo puede ocasionar depresión, insomnio, agresividad y pérdida de la autoestima.
La situación del parado, con falta de autoestima, y consideración de inutilidad le lleva a pensar que no sirve para nada.
El tema de la economía familiar se convierte en obsesión. Cada vez tiene menos relaciones sociales. Se recluye.
Si el parado es, además, cabeza de familia, el problema se agudiza y la salud del otro se destruye paralelamente.
Si hay algún problema mental subyacente, el paro lo agudiza de forma inmediata.
El parado de ciudad vive con más angustia la situación (en el ambiente rural hay más solidaridad y existen más posibilidades de subsistencia).
En la ciudad queda el refugio de la familia; pero el afectado se siente infravalorado, pierde autoestima y se encierra en sí mismo. Ni la familia le sirve como consuelo.
Por otro lado, la pérdida de empleo hace aumentar la percepción de empeoramiento de la salud hasta en un 50%. Y entre quienes no tenían ningún tipo de enfermedad la probabilidad de un trastorno nuevo tras el despido es de un 83%.

Convivir con un ludópata

El hecho de ser incapaz de resistir los impulsos a jugar puede llevar a graves consecuencias personales o sociales. Las personas que sufren de ludopatía muchas veces se avergüenzan de ello e intentan que los demás no se enteren de su problema. Estos son los síntomas:
·         Cometer delitos para conseguir dinero para jugar
·         Sentirse inquieto o irritable al tratar de jugar menos o dejar de jugar
·         Jugar para escapar de los problemas o de sentimientos de tristeza o ansiedad
·         Apostar mayores cantidades de dinero para intentar recuperar las pérdidas previas
·         Haber tenido muchos intentos infructuosos por jugar menos o dejar de jugar
·         Perder el trabajo, una relación u oportunidades en sus estudios o en su carrera debido al juego
·         Mentir sobre la cantidad de tiempo o dinero gastada en el juego
·         Necesidad de pedir dinero prestado para sobrevivir debido a las pérdidas ocasionadas por el juego
·         Necesidad de apostar cantidades cada vez más grandes de dinero para sentir excitación
·         Pasar mucho tiempo pensando en el juego, como experiencias pasadas o formas de conseguir más dinero con que jugar

El tratamiento de las personas con ludopatía comienza con el reconocimiento del problema. Sin embargo, la mayoría de los ludópatas comienzan el tratamiento bajo presión ejercida por otros, más que por haber aceptado voluntariamente la necesidad de tratamiento.
Grupos de apoyo de autoayuda, como Jugadores Anónimos ,es similar al de Alcohólicos Anónimos. Los principios relacionados con dejar el hábito (abstinencia) para otros tipos de adicción, tales como la drogadicción y el alcoholismo, también pueden ser de ayuda para el tratamiento de la ludopatía.
Al igual que el alcoholismo o la drogadicción, la ludopatía representa un trastorno crónico que tiende a empeorar sin tratamiento. Incluso con tratamiento, es frecuente comenzar a jugar de nuevo (recaídas).
La persona debe consultar con su médico o un profesional en salud mental si cree tener síntomas de ludopatía.
La exposición al juego puede aumentar el riesgo de llegar a sufrir ludopatía y el hecho de limitarla puede ser útil para las personas que están en riesgo.
Sin embargo, la exposición pública al juego continúa aumentando en forma de loterías, apuestas electrónicas y a través de Internet y los casinos. La intervención ante los primeros signos de ludopatía puede prevenir el empeoramiento de este trastorno.

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