Cómo hacer para que el niño pierda el miedo al agua

El tener miedo al agua es algo muy común en los niños.
En la ducha
Lo primero que los niños necesitan para familiarizarse con el agua es intimidad: el cuarto de baño es ideal para eso. Un juego que puede ayudar es la “lluvia en la ducha”: abrir el grifo, sin demasiada presión y a una temperatura agradable (más cerca del frío que del calor) y meterse, junto con el niño, en bañador. Después, avisando al pequeño previamente, vamos mojando poco a poco los pies, las piernas, los brazos...
En la piscina
Es bueno empezar con una pequeña piscina hinchable ,con poca agua, acompañando al niño.
Lo esencial es que comprenda que puede “apoyarse en el agua”, aunque no necesariamente sobre los pies. Para animarle a que pruebe la experiencia de perder el apoyo plantar, al que tanto apego tiene, se le puede hacer “caminar” con las manos. .
En la playa 
Conviene situarse en un lugar lo más tranquilo posible de la playa y empezar jugando con su cubito lleno de agua, regándole primero los pies, luego las piernas, la tripa, los hombros… Hay que avisarle siempre antes de hacerlo, y también hay que dejarle que nos moje, hasta que se canse de esa “ducha recíproca” y él mismo pida acercarse a la orilla.  Ya en la orilla, nunca sin manguitos, los balones hinchables pueden ayudarnos a que descubra lo divertido que es tumbarse encima y rodar de atrás adelante… mojando alternativamente las manos y los pies en la espuma de las olas. Seguro que se cae alguna vez, pero enseguida se levantará…  Cuando acepte que el agua le llegue al ombligo (insistimos, siempre con manguitos), jugamos a saltar y a bailar con él, agarrados de las manos. Es otra forma de que despegue los pies del suelo. También, podemos dejarle que se suba a nuestra espalda y nadar un poco, con él agarrado a nuestro cuello, por donde no nos cubra (con cuidado siempre de que el niño tenga la cabeza fuera del agua).
En el siguiente baño podemos ir más lejos, siempre que no se asuste y se hunda, porque habría que empezar de nuevo.

Dónde puedo ser más feliz, ¿en el campo o en la ciudad?

En las sociedades desarrolladas donde las necesidades básicas están cubiertas, pasan a un primer plano otros aspectos como la satisfacción personal, tener tiempo para uno mismo...El ruido y la contaminación nos influyen, pero mínimamente si se compara con otros problemas. Hoy en día, un agricultor puede estar más estresado que incluso un ejecutivo.

Causas más frecuentes de separaciones matrimoniales

Aunque la principal causa de la separación es la insatisfacción tras años de convivencia, los psicólogos describen también otros motivos:
  • Fustración. Aparece por la discrepancia que existe entre la imagen que uno se ha hecho del otro y la que está verificando todos los días.
  • Indiferencia. Tenemos un mecanismo fisiológico que puede llevarnos a saciarnos pronto del otro y hacer desaparecer la vibración del principio.
  • Infidelidad. Aunque ahora existe mayor tolerancia a las relaciones fuera del matrimonio, la infidelidad es, todavía, uno de los problemas que más deterioran la relación, porque,generalmente, la parte engañada pierde la confianza y la lealtad hacia el otro.
  • Celos. Son una muetra de amor patológico que surge cuando el otro se convierte en la única fuente de satisfacción. La persona celosa necesita atenciones continuas y llega a ser tan absorbente que al final consigue que su pareja se aleje de ella.

Animales de compañía como sustitutos de los hijos

En ciertos casos, los animales de compañía actúan como sustitutos de los hijos que no se tienen o que ya han abandonado el hogar. Este fenómeno se conoce como el síndrome del nido vacío, según el cual los animales se identifican con "niños perpetuos" eternamente inocentes y dependientes. Son más frecuente de lo que parece los divorcios donde el matrimonio lucha por la custodia del animal de compañía como si de un hijoi se tratase.

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