¿Sólo los niños tienen ilusiones?


Si fuera así, ¡qué pena de los adultos¡ Quizás este es uno de los grandes errores de nuestra sociedad avanzada. Perder las ilusiones es como perder la brújula; si todo lo que nos queda es esfuerzo y trabajo, personalmente paso de este juego.
Con frecuencia dejamos que nos confundan las supuestas obligaciones y responsabilidades; de tal forma que nuestra vida parece limitarse a ellas. Hemos de encontrar un equilibrio entre lo que debemos hacer, lo que queremos conseguir y lo que nos gustaría realizar.
Obligaciones sin ilusiones es como el viento sin aire que azota la tierra seca; al final sólo queda polvareda.

Manifestaciones de los sentimientos en nuestra salud física

La tristeza suele hacer que tengas la sensación de que te pesan los hombros, el cuerpo, la cabeza...
  • Cansancio.
  • Ganas de llorar sin motivo aparente...
  • Dificultad para concentrarte en los estudios.

La angustia te puede hacer sentir...

  • Palpitaciones.
  • Sensación de que algo te aprieta el pecho o la garganta.
  • Dificultades para dormir.

La rabia se manifiesta como...

  • Tensión de los músculos.
  • Ganas de gritar, dar patadas y puñetazos o apretar los dientes.
  • Mal humor.

El miedo puede ser lo que te hace sentir...

  • Dificultades para dormir.
  • Sobresaltos continuos.
  • Dolor de estómago o de barriga.

¿Deben ser los padres amigos de sus hijos?

Los hijos necesitan autoridad, aunque la cuestionen; ése es el papel de los padres. La capacidad de decidir es del adulto.
Hay padres que confunden y que se dicen amigos de sus hijos por hablar de todos los temas con ellos. Eso hay que hacerlo, pero amigos son los del colegio y los que les rodean. Mantener un buen diálogo con los niños, divertirse y pasar buenos momentos con ellos no significa que sean nuestros amigos. Los padres tienen que ser padres y no amigos, porque no tienen los mismos intereses.

No dejar que los demás nos responsabilicen de sus insatisfacciones

Siempre seremos nosotros los que, en primer lugar, evaluemos cómo ha sido nuestra conducta. En el peor de los casos, si pensamos que hemos actuado con buena intención pero con una torpeza extrema, podremos tener claras oportunidades para mejorar nuestra conducta en el futuro. Y si pensamos que debemos reparar algo que hemos provocado, hagámoslo. Pero no nos dejemos llevar por ese lastre que muchas personas ponen rápidamente sobre las espaldas de otras.

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