Dime cómo tienes los ojos y te diré cómo eres



Se dice que las personas de ojos grandes y abiertos son extrovertidas, mientras que las introvertidas los tienen más bien pequeños.
Una persona receptiva se descubre en sus ojos separados.
La que expresa sus emociones tiene los ojos saltones y brillantes, y la que no lo hace los tiene hundidos.
Los ojos redondos y húmedos evidencian a los soñadores.

Los ojos son la ventana del alma

Las pupilas hablan ¿ No te lo crees? Eckhard Hess, psicólogo de la Universidad de Chicago, llevó a cabo unos estudios con los que demostró que las pupilas se dilatan o se contraen según lo que la persona ve.
Cuando alguien mira algo que le agrada, sus pupilas se dilatan. Por el contrario, que si ve algo que le desgrada, sus pupilas se contraen.

Para estar bien, hay que saber reconocer lo que se siente

Para estar bien con uno mismo, es importante saber qué es lo que nos provoca felicidad y qué es lo que nos conduce a la tristeza o al mal humor.
Preguntarse a sí mismo si se es feliz con la vida que se lleva no es nada fácil, y muchas veces, ante el miedo a las respuestas, el autoengaño es la fórmula más utilizada. Pero hay que ser fuertes y llegar más allá, donde se encuentra la máxima felicidad posible, con lo que se deberán tomar decisiones sobre aquellos aspectos que inquietan o preocupan.

La tendencia del momento es pedirle cita a un delfinoterapeuta



¿Dolor de cabeza, insomnio, mal humor...? La delfinoterapia es un tipo de terapia en la que se utiliza el tratamiento con delfines para alcanzar la rehabilitación física y emocional de la persona.

Se ha observado por medio de la medición de las ondas cerebrales de los pacientes, que éstas cambian en presencia de los delfines hacia una armonización entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, lo que produce un estado de paz y relajación tal como sucede al realizar una meditación. Es por ello que la delfinoterapia se utiliza para tratar la depresión, ansiedad y estrés.
Los delfines, además, son capaces de ayudar a diagnosticados con autismo o parálisis cerebral infantil.

Las sesiones son realizadas en una piscina, en las que se busca la comodidad tanto del delfín como del paciente, que pueden durar de 15 a 20 minutos. En este tiempo, el delfín se deja tocar y además hace contacto con distintas zonas del cuerpo de la persona, como la columna, las manos, o los pies, transmitiéndose de esta forma las ondas ultrasónicas que generan el efecto terapéutico.

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