Hablar y cariciar mascotas disminuye el ritmo cardíaco y la presión arterial de manera significativa, es decir, son elementos preciosos para combatir el estrés. Por otra parte, observar peces tropicales disminuye la presión sanquínea a niveles más bajos que reposar en una silla sin centrar la mirada en algo especial, y produce un estado de relajación. No es extraño que cada vez haya más peces, hamsters o cachorros en los despachos de altos ejecutivos.
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