Siempre que nos encontremos insatisfechos con una actuación nuestra, resulta absurdo y estéril que nos recriminemos constantemente por ello; nuestros esfuerzos se deben encaminar a extraer las enseñanzas positivas y no en machacarnos sin piedad. Estas enseñanzas nos servirán para corregir situaciones concretas que se den en el futuro.
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