Lo primero que hay que decir sobre la persona caprichosa es que no lo es de manera momentánea, de hoy para mañana, sino que alguien se vuelve caprichoso poco a poco. Una persona acumula muchos factores: errores en la educación por parte de los padres, la protección excesiva, el consentimiento de absolutamente todo...
La persona caprichosa no está dispuesta a renunciar a sus deseos inmediatos, no tiene hábito para los esfuerzos concretos y frecuentes, lo quiere todo en el momento...No sabe negarse nada.
El sujeto caprichoso es inmaduro, débil y posee una base deficitaria para cualquier trabajo serio que signifique fortaleza para poder vencer la resistencia de su desidia, apatía y dejadez.
¿Se puede cambiar a una persona caprichosa para que deje de serlo? Los psicólogos y psiquiatras lo tienen difícil para ello. El caprichoso debe iniciar el réquiem por vencerse en lo pequeño, por dominarse en las cosas de cada día; si no cambia, no hará en la vida nada que merezca la pena.