Imaginar, paso a paso, una situación que puede producirnos estrés o ansiedad, y a uno mismo desenvolviéndose con éxito, es una de las estrategias útiles para fomentar nuestro pensamiento positivo.
Por ejemplo, ante nuestro miedo a una entrevista de trabajo, imaginemos el encuentro con nuestro interlocutor, sonriendo y dándole la mano con confianza. Imaginemos respondiendo a todas sus preguntas y que finalmente nos ofrecen el empleo deseado y aceptamos.
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