La falta de descanso nocturno lleva a muchas personas a buscar opciones que las ayuden a conseguirlo; ejemplo, el alcohol.
Beber alcohol puede ayudarte a dormir más rápido, aunque también puede interrumpir tu sueño.
Este hábito, ayuda a conciliar el sueño, pero interrumpe varias veces el descanso a lo largo de la noche, especialmente en el caso de las mujeres.
A corto plazo, uno o dos vasos puede estar bien, pero si continúas bebiendo antes de acostarte, podrías tener problemas significativos.
Si bebes, lo mejor es dejar entre hora y media y dos horas antes de ir a la cama.
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