Llevar la carga de mañana unida a la de ayer, es muy difícil

No dejes que las preocupaciones te abrumen, no dejes que te duela el estómago y no puedas dormir. Arroja tus ansiedades a la basura.
Tienes que saber que, muchas veces, tratas de "lavar los platos de hoy, los de ayer y los que todavía no se han ensuciado". Y eso no es bueno para nadie. Jamás trates de lavar hoy los platos que se ensuciarán mañana.
Como si fueran papales viejos, arroja a la cesto de la basura todos aquellos problemas que ya no puedes resolver. Te quitarás un buen peso de tus hombros.
No intentes abarcar demasiado.

Hoy es una nueva vida

Todos soñamos con un mágico jardín de rosas que vemos en el horizonte, en lugar de disfrutar de las rosas que florecen al pie de nuestras ventanas.
No tengas miedo si estás pasando un mal momento. Cuando mañana te despiertes recuerda: cada día es una nueva vida. No hay que temer al futuro, debemos vivir un día cada vez ya que cada día es una nueva vida para el hombre sabio.

Contemos lo bueno que tenemos, no nuestros problemas

La costumbre de ver el lado bueno de las cosas que tenemos alrededor es una tarea sumamente difícil.
Hay dos cosas que deben perseguirse en la vida: la primera es conseguir lo que se quiere; tras esto, disfrutar de ello. Pero sólo los más sabios logran lo segundo.
Raramente pensamos en lo que tenemos, sino siempre en lo que nos falta.

La aceptación es el primer paso para superar las desgracias

Aceptar lo que ha sucedido es un paso esencial si queremos superar las consecuencias de un hecho triste.
El no aceptar las desgracias, hace que las penas aumenten y nos abandonemos a nosotros mismos.
Repítete a tí mismo: "Está hecho, no puedo cambiarlo, pero puedo soportarlo y lo soportaré".
Todos aprendemos tarde o temprano que debemos aceptar lo inevitable y cooperar con ello. Son sorprendentes nuestros recursos interiores; sólo se precisa que queramos utilizarlos.
No es una desdicha ser ciego, sino no aceptar la ceguera.

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