¿Por qué es bueno reirse?

Estas son algunas razones para que no te olvides de sonreir cada día:
- Inmuniza contra la depresión y la angustia.
- Al reírnos segregamos más adrenalina, lo que potencia la creatividad y la imaginación.
- Al reír el cerebro hace que nuestro cuerpo segregue endorfinas, sedantes naturales del cerebro similares a la morfina que actúan como drogas naturales y en cientos de veces resultan más fuertes que la heroína y la morfina, y por cierto no tienen efectos secundarios. Cinco o seis minutos de risa contínua actúa como un analgésico.
- Al reírnos estamos haciendo ejercicio. Por cada carcajada ponemos en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa.
- La columna vertebral y cervicales es la zona donde por lo general se acumulan tensiones y al reírnos se estiran. Además se estimula el bazo y se eliminan las toxinas. Con este movimiento se origina un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas.
- Nos limpia: Al reírnos se lubrica y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído.
- Oxigenación: Cundo reímos entra el doble de aire en los pulmones, de ahí que la piel se oxigene más. En concreto, los pulmones mueven 12 litros de aire en vez de los 6 habituales, lo que mejora la respiración y aumenta la oxigenación.

Consejos para reir más en tu vida cotidiana

1. Practica reír 5 minutos al día. Finge reír hasta que lo logres.
2. Busca el humor a tu alrededor – en carteles, en el comportamiento de las personas, en la TV, en los periódicos, en las cosas que otros dicen, en las cosas alocadas que te suceden. Lleva un diario.
3. Comparte tus momentos embarazosos con otras personas.
4. Aprende a jugar con cosas que son serias como el trabajo, aspectos sociales, dinero, etc. Por ejemplo: utiliza juego de palabras, canciones tontas o desarrolla una visión cómica del problema para ayudarte a reír y lidiar con ello.
5. Ríe con otras personas cuando ellas lo hagan.
6. Intenta una sonrisa. Estás un paso más cerca a la risa.
7. Busca entretenimiento que te haga reír.
8. Diviértete con tu propio sentido del humor.
9. Escucha diariamente un CD que contenga risas o busca en internet videos que te hagan reír.
10. Compra juguetes graciosos que te hagan reír.
11. Ponte sombreros que te hagan reír.
12. Cultiva tu alegría innata.
13. Sé creativo con respecto a las cosas que te entretienen.
14. Asegúrate de disfrutar.
15. Date permiso para reír cuando sientas ganas de hacerlo.
16. Haz por lo menos una cosa graciosa al día.

Causas de la depresión infantil


Cuando un niño presenta sintomatología depresiva, no debemos pensar siempre que se trata de meras preocupaciones infantiles pasajeras.


 depresion sentimiento de culpa
La depresión en niños es la tendencia constante hacia un estado de ánimo decaído, exagerando siempre los aspectos negativos de todo lo que sucede y envolviendo a la persona en una sensación de tristeza y desmotivación continuada.
En cuanto a las posibles causas; hay causas personales (niños que tienen una personalidad con tendencia pesimista), y otras pueden depender de la edad del niño (lo cierto es que en función de la personalidad y circunstancias propias, las causas variarán):
- De 3 a 4 años: Ausencia de la persona que le cuidaba siempre o desatención de sus necesidades.
- De 5 a 10 años: Priman las causas familiares (situaciones inestables entre los padres, discusiones, divorcios, etc.) y sociales (cambios en las relaciones con los compañeros, situaciones conflictivas en la escuela...)

Los niños que pasan por una depresión que no se acaba de superar tienden a ser más negativos y pesimistas en la edad adulta, de alguna manera se aprende a comportarse de esta forma, hay que enseñarles otros patrones.
Por ello, es necesario contar con la ayuda de un profesional que en un primer momento, ayudará al niño a cambiar de perspectiva.

¿Por qué no puedo parar de morderme las uñas?

 El morderse las uñas (onicofagia) es un mal hábito que tienen más de un 30 % de los adolescentes y algo más del 5% de los adultos.Muchos especialistas asocian esta acción completamente involuntaria a personas que sufren ansiedad, depresión o incluso  angustia.
Para muchas  de estas personas el morderse las uñas empieza como una manera de distraerse y acabar con la ansiedad que sufren en un momento determinado. Luego se convierte en un acto reflejo inconsciente y automático que es cada vez más difícil de dejar.
La onicofagia tiene a su vez consecuencias que van más allá de la estética. El comerse continuamente las uñas puede causar problemas en su crecimiento e incluso pequeñas heridas inflamadas y dolorosas en el dedo. También es verdad que se ha demostrado que una cuarta parte de las personas que  tienen dolor en ciertas articulaciones de la mandíbula se muerden las uñas. Igualmente este problema puede provocar alteraciones en los dientes por el continuo movimiento del incisivo superior contra el inferior.
Es un problema de origen nervioso, con lo que si se presiona demasiado a quien la sufre solo se consigue  el efecto  contrario. Hay que conseguir que la persona afectada entienda el problema e intentar recurrir a algunos sustitutos  en momentos de tensión, como comer chicle o mantener las manos ocupadas llevando en ellas por ejemplo una pequeña pelota. También resulta efectivo en los adultos hacerse la manicura con una capa de esmalte que ayude a evitar tentaciones.

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