¿Antidepresivos o ansiolíticos para la ansiedad?

 Los antidepresivos son más eficaces que los ansiolíticos para los aspectos psíquicos de la ansiedad, que se encuentran en el núcleo de este trastorno, como la preocupación excesiva, la obsesión, etc. Además, suponen menos problemas cuando se toman de forma continuada, ya que no producen dependencia ni tolerancia. Sirven, asímismo, para tratar los síntomas depresivos que son frecuentes en pacientes con ansiedad. El perfíl de los efectos secundarios es, en general, mejor que el de los ansiolítcos.
Los ansiolíticos también suelen emplearse, sobre todo al principio, ya que los antidepresivos tardan varias semanas en hacer efecto.

El trastorno de ansiedad generalizada

La característica fundamental de esta palología es la presencia de ansiedad de forma habitual y mantenida. La persona que la padece tiene una preocupación constante ante hipotéticas calamidades futuras y siempre padecen cierta tensión muscular que les dificulta el relajarse. Incluso suele tener dolores musculares y cefaleas. A menudo también presentan episodios de taquicardia, sequedad de la boca, diarreas, sensación de inestabilidad, visión borrosa, etc.
Ante una situación de ansiedad prolongada lo primero es acudir al médico de Atención Primaria para descartar un origen orgánico. Una vez descartada alguna enfermedad orgánica, habrá que tratar los aspectos psicológicos y ambientales con psicoterapia, además de utilizar un tratamiento farmacológico adecuado (antidepresivos).

La vida es demasiado corta, aprende a vivirla


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