El miedo excesivo a las críticas y al fracaso

Las personas que tienen una preocupación desproporcionada a ser criticadas o a fracasar suelen vivir una vida "sin riesgos", muy restringida. Esto dificulta que entablen nuevas relaciones o que profundicen en ellas, así como tener otras experiencias que le permitan conocerse mejor y descubrir alternativas o aspectos desconocidos de la vida.
 Exteriormente, dan una imagen de adecuación, en cuanto parecen personas prudentes y sensatas que se conforman con poco. Esto es más un halago por parte de otras personas, pero, en el fondo, se comportan así no porque hayan valorado de forma libre y madura sus conductas, sino porque su forma de ser les hace actuar de este modo al no ser capacer de obrar de otra manera.

La tendencia al pensamiento catastrófico

Este modo de interpretar la realidad nos lleva a quedarnos con la peor de las posibilidades. Esta creencia exagerada a ver la botella media vacía, genera una tensión añadida a querer controlar la situación y prevenir el hipotético mal resultado. En otros casos, situaciones generadoras de estrés o ansiedad dificultan aún más el mejor modo de afrontar una situación, por verla como irremediable. Sería el caso de la persona que le cuesta entrar en un supermercado por miedo a que le de una crisis de angustia.
La tendencia a sentir este tipo de pensamientos está íntimamente relacionada con la ansiedad y el estrés. Las personas ansiosas tienden a valorar y juzgar las situaciones con exageración, y además, valorarlas como excesivas, potencialmente peligrosas o amenazantes.

¿Existe algún medicamento para tratar la fobia social?

Las personas con Fobia Social tienen un miedo excesivo y constante a las situaciones sociales.
Estas personas tienen miedo a hacer el rídiculo o comportarse de una manera embarazosa en situaciones en los que otras personas los puedan observar.
El propranolol (Sumial) es un medicamento que se suele usar en los casos de fobia social, pues no produce somnolencia ni se pierde destreza, y sirve para controlar las manifestaciones periféricas de la ansiedad. Esto hace que se utilice antes de tener que intervenir en público, ya sea realizando un examen o tocando un instrumento musical.

Las propiedades de los ansiolíticos más habituales (benzodiacepinas)

Los tranquilizantes o ansiolíticos más empleados, las benzodiacepinas, producen los siguientes efectos:
  • Efecto ansiolítico.
  • Sedación o disminución del nivel de conciencia, proporcional a la dosis (efecto no deseado).
  • Relajación muscular ( también se utilizan para dolencias como los dolores de lumbago).
  • Hipnosis ( en casos de imsomnio).
  • Actividad anticonvulsionante ( para casos de crisis de epilepsia).
  • Amnesia anterógrada, es decir, algunos recuerdos de los momentos anteriores a la toma del ansiolítico pueden no quedar registrados en la memmoria ( efecto no deseado).
  Los ansiolíticos no tratan la causa del trastorno, solo sus síntomas, y al finalizar el tratamiento éstos pueden volver con gran fuerza, tentando al paciente a extender el tratamiento más allá del periodo de tiempo recomendable.

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