Cómo aceptar que nuestros hijos se independizan

Hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad.
No es que se van... es que la vida se los lleva. Ya no eres su centro.
Ya no eres propietario, eres consejero.
No diriges, aceptas.
No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas. Ya les crecieron alas y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya buscarán un amor, que los respete, que quiera compartir sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino que les endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.

Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir.
Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, a la sombra del amor y al rendimiento de sus facultades.
Tienen un camino y quieren explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren abrirlas.
Tú quedas siempre en su interior aunque cambies de lugar. Haz de su vida tan feliz que cuando parta, sólo piense en regresar, aunque sea para tomar tu mano y estar junto a ti.
Disfruta tus hijos mientras puedas...

Los hijos son tarea de dos

Hoy en día, los padres suelen mostrarse  a favor de la paternidad compartida, asumiendo tareas igualitarias a la hora de cuidar y educar a los niños.
De hecho más de la mitad de los varones con hijos de entre 5 y 10 años están altamente implicados en su crianza. Ahora bien, en la práctica, solo una pequeña parte de ellos reconoce implicarse igual o en mayor medida que las madres.
Son muchas las ventajas de encargarse por igual del cuidado de los niños, ya que cuanto más se implica el padre en la educación de sus vástagos y más tiempo pasa junto a ellos, mejor salud tienen, mejores resultados escolares y menor obesidad.

Cómo se establecen los límites a los hijos

Establecer límites a los hijos es una manera de demostrarles nuestro amor y preocupación.
Consejos para establecer límites a nuestros hijos:
1.Los límites han de ser claros, específicos, sencillos y positivos.
2. Informar de las circunstancias en que se aplica.
3. Deben formularse de manera positiva. Deben informar de lo que hay que hacer, no de lo que no hay que hacer.
4. Mostrarse amable pero firme, es una buena manera de que nuestros hijos muestren atención y sigan nuestras instrucciones:
· Sostenerle quieto por los hombros mientras le das las instrucciones.
· Mirarle directo a los ojos.
· Hablarle de una manera clara y con un tono firme.
· Deja que tu rostro parezca serio mientras le hablas.
· Insistir en ser atendido y obedecido a una instrucción razonable.
5. Ser consistente. Los límites deben hacerse cumplir de manera consistente, es decir, deben cumplirse siempre que las circunstancias sean las mismas.
6. Incorpora a los niños en el establecimiento de límites. De esta manera se tiene más probabilidad de ganar su cooperación en el seguimiento de normas.

La obsesión por las compras

La persona que es adicta a las compras no suele reconocer su problema hasta que éste tiene unas consecuencias muy graves ya que como en otras adicciones lo viven con mucha vergüenza.
Este problema es más frecuente en mujeres sobre todo de 40 a 50 años y afecta aproximadamente a un 3% de la población general según los últimos estudios.
Bajo esta adicción se suelen esconder estados depresivos y de ansiedad así como bajos niveles de autoestima. El problema se inicia cuando una persona encuentra gratificante el hecho de ir a comprar y empieza a utilizar esta actividad como única forma de encontrarse bien, o bien porque abandona otras actividades o bien porque llena un vacío. Este hecho hace que la persona empiece a asociar el acto de comprar con una sensación de bienestar. A partir de entonces la persona puede entrar en un círculo vicioso: en un momento de ansiedad o malestar siente el impulso de comprar y no puede resistirse; la persona compra algo y en ese momento siente una sensación de alivio y de bienestar que le sube el ánimo; posteriormente, al darse cuenta de que no ha podido evitar su impulso, que ha gastado un dinero que no debía gastar, y que lo ha gastado en algo inútil o que no necesita, un fuerte sentimiento de culpa junto con una fuerte autocrítica invaden a esta persona; el malestar derivado de estos sentimientos negativos se hace insoportable y provocan que la persona busque la forma de sentirse bien; la persona vuelve a comprar por ser ésta una forma fácil, rápida y efectiva de sentir ese alivio y bienestar que en ese momento tanto necesita.
Como en toda adicción, en los casos más graves, la persona puede acabar tendiendo serios problemas familiares, sociales y económicos.
Algunos consejos para intentar controlar esta adicción pueden ser: 
-intentar hacer una lista de lo que se va a comprar, 
-planificar el gasto para cada cosa, 
-buscar otras alternativas de ocio y de “invertir” nuestro dinero,
-ser más crítico con la publicidad para no dejarnos engañar, 
-no frecuentar lugares que inciten a las comprar como grandes centros comerciales, 
-posponer la compra de algo que se desea 1 ó 2 días para reflexionar sobre su necesidad.
Si estos consejos resultan inútiles o muy difíciles de llevar a cabo, quizás el primer paso sea reconocer que se tiene un problema y pedir ayuda.

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