Debemos enseñar a nuestros hijos a manejar las frustraciones

Desde niños, se empieza a experimentar algunas situaciones de fustración, por ejemplo cuando no se consigue el juguete que se quiere o no se logra que los demás hagan los que los niños desean.
Debe formar parte de la educación de los hijos enseñarles a manejar las frustraciones. Los padres deben evitar satisfacer continuamente sus deseos por temor a un enfado o rabieta, o porque desean evitarles este sentimiento. Lo único que lograrán es que sus hijos no estén preparados para afrontar situaciones frustrantes.
Los niños o niñas que peor manejan el “perder” son aquellos que viven en ambientes muy competitivos o que la lucha por el cariño y el alimento es una regla de vida. Se evidencia mayor incomodidad en niños que sus padres tienden a competir todo el tiempo, a establecer lucha de poderes y los niños no pueden acceder emocionalmente a la experiencia de “saber perder”.
Todos debemos aprender a manejar la frustración. Para ello, es necesario aceptar la causa que la provocó y no permitir que las consecuencias de la misma nos sobrepasen.

Sé bondadoso contigo mismo

Siempre habrá ocasiones en las que será difícil recordar tus puntos fuertes. Es, en esos momentos, cuando más necesitas dedicarte una atención especial.
Sé bondadoso contigo mismo...La bondad alimenta y da esperanzas a los sueños que crecen.
Respétate a ti mismo...Presta atención a tus necesidades y date el mismo trato que darías a un buen amigo.
Date alientos...Recuerda lo que realmente quieres y lucha por lograrlo como lo harías por tu vida.
Apréciate a ti mismo...No des nunca por sentadas las cualidades que hacen de ti un ser único.
Concéntrate...Será con disciplina y motivación que podrás avanzar hacia tu meta.
Sé generoso contigo...De esa manera, tu fuerza crecerá y podrás ir concretando tus proyectos día a día.

Cosas que nunca se deben decir en la primera cita

1. Nunca se puede hablar del “matrimonio” en una primera cita. Puede que tu pareja salga escapando asustado.
2. No es conveniente hablar de tus parejas anteriores.  Si se toca el tema, procura hacerlo brevemente sin dar muchos detalles. 
3. No menciones a otras citas. No le hagas sentir que está en una competencia.
4. No sienta nada bien hablar por el móvil mientras estas en una cita. Si se trata de una llamada importante, pídele disculpas y habla frente a el/ella.
5. No hables de sexo.
6. No hables de ti durante toda la cita. Si deseas conocer a tu cita debes dejarla hablar y prestarle atención.
7. No hables sobre tus problemas familiares. Mencionar a la familia y sus conflictos o problemas puede aburrir o asustar a la cita.
8. No desahogues tu estrés laboral con tu cita. Si ella o él te pregunta sobre tu trabajo, cuéntale pero sin darle muchos detalles. Nunca preguntes cuánto gana.
9. No le preguntes sobre su peso. Menos aun cuando la chica no es delgada. Un chico no debería preguntarle a una chica cuánto pesa, porque quedaría como un tipo superficial que solo se fija en la apariencia. Tal vez cuando entren en confianza podría hablar sobre este tema.
10. No critiques el lugar de la cita. Si no te gusta el lugar pero te interesa la persona, entonces invítalo a una nueva cita y escoge tú el lugar.
11. No hables de mujeres. Muchos hombres cometen el error de hablar de la belleza o cuerpo de otras mujeres. Es una falta de respeto que hará que tu cita salga corriendo. 
12. No le pidas compartir la cuenta. Si eres caballero y tú estás invitando debes correr con todos los gastos, a menos que ella insista en compartir la cuenta. Si es mujer quien invitó, entonces deberá ser ella quien pague y sugerirle que él invite en la segunda cita.

¿Se puede acudir solo a la terapia de pareja?

Aunque resulte obvia la necesidad de la presencia de ambos miembros en este tipo de terapia, es cierto que a menudo uno de los componentes de la pareja se niega o no ve oportuno el acudir a terapia. Por ello, no es de extrañar que gran parte de las terapias de pareja deriven de una primera consulta individual con el terapeuta. Al mismo tiempo, es bueno saber que en ocasiones una terapia individual continua puede repercutir positivamente en el buen desarrollo de una relación de pareja.

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