La sesión de focusing

Una sesión de focusing (conocida también como sesión de proceso de focalización corporal), consiste en los siguientes pasos:
1. Se realizan primeramente unos ejercicios de respiración que ayuda a que la persona entre en un estado de relajación.
2. El terapeuta nos guía por la fase de centramiento, en el que nos ayuda a centrarnos en aquel problema que queremos trabajar.
3. Una vez focalizado el problema, el terapeuta nos invita a sentir cómo nuestro cuerpo se manifiesta ante ese problema.
4. En esta fase el terapeuta nos pide buscar una imagen o sonido que simbolice esa preocupación o problema (recibe el nombre de asidero).
5. El terapeuta nos invita ahora a hacerle preguntas a esa emoción determinada.
6. Finalmente, la persona debe aceptar el cambio que hayamos sentido ante el problema.

Focusing o proceso de focalización corporal

El Focusing o proceso de focalización corporal, es una técnica que nos ayuda a reconocer y cambiar la manera de enfocar los distintos problemas que afectan a nuestro día a día.
Es una técnica de autoconocimiento en la que se enseña a la persona a conectar su propio cuerpo a la vez que reconoce las diferentes sensaciones que éste les transmite.
Esto nos permite conseguir una mayor autoconciencia de nosotros mismos, mientras que también logramos una mejor curación emocional.


Combate el insomnio con lavanda

Entre las propiedades medicinales de esta planta medicinal se asocian: tranquilizante, repelente, antiséptico, refrescante, dolor de cabeza y ayuda a dormir mejor. En diferentes estudios se ha podido demostrar que el aceite esencial de lavanda puede ser un buen inductor del sueño, además de tener cierta capacidad ansiolítica.
La forma de tomar lavanda es mediante infusiones o también utilizando su aceite esencial o un extracto de la planta.Otra opción es darte un baño colocando en la bañera bolsitas de tela con flores de lavanda en su interior, desprende un agradable aroma y es ideal para un baño caliente después de una jornada agotadora.

Miedos normales en los niños

Algunos padres creen que sus hijos pueden sufrir un problema psicológico cuando estos les cuentan sus preocupaciones. Sin embargo, es propio del desarrollo del pequeño pasar por etapas en las que estos temores -muchos de los cuales tienen el componente fantasioso típico de la infancia- adquieren protagonismo. Su desarrollo cognitivo les impide enfrentarse de forma racional a sus temores. Pero, a medida que crecen, mejora su capacidad cognitiva y los miedos remiten. En esta tabla se reflejan los miedos infantiles considerados normales:
  • 0-6 meses: pérdida súbita de la base de sustentación (del soporte) y ruidos fuertes.
  • 7-12 meses: a las personas extrañas y a objetos que ve de manera inesperada.
  • 1 año: separación de los padres, a los retretes, heridas, extraños.
  • 2 años: ruidos fuertes (sirenas, aspiradores, alarmas, camiones...), animales, oscuridad, separación de los padres, objetos o máquinas grandes y cambios en el entorno personal.
  • 3 años: máscaras, oscuridad, animales, separación de los padres.
  • 4 años: separación de los padres, animales, oscuridad y ruidos.
  • 5 años: animales, separación de los padres, oscuridad, gente "mala", lesiones corporales.
  • 6 años: seres sobrenaturales, lesiones corporales, truenos y relámpagos, oscuridad, dormir o estar solos, separación de los padres.
  • 7-8 años: seres sobrenaturales, oscuridad, temores basados en sucesos emitidos en los medios de comunicación, estar solos, lesiones corporales.
  • 9-12 años: exámenes, rendimiento académico, lesiones corporales, aspecto físico, truenos y relámpagos, muerte y, en pocos casos, a la oscuridad.

Entradas populares