¿Por qué no puedo parar de morderme las uñas?

 El morderse las uñas (onicofagia) es un mal hábito que tienen más de un 30 % de los adolescentes y algo más del 5% de los adultos.Muchos especialistas asocian esta acción completamente involuntaria a personas que sufren ansiedad, depresión o incluso  angustia.
Para muchas  de estas personas el morderse las uñas empieza como una manera de distraerse y acabar con la ansiedad que sufren en un momento determinado. Luego se convierte en un acto reflejo inconsciente y automático que es cada vez más difícil de dejar.
La onicofagia tiene a su vez consecuencias que van más allá de la estética. El comerse continuamente las uñas puede causar problemas en su crecimiento e incluso pequeñas heridas inflamadas y dolorosas en el dedo. También es verdad que se ha demostrado que una cuarta parte de las personas que  tienen dolor en ciertas articulaciones de la mandíbula se muerden las uñas. Igualmente este problema puede provocar alteraciones en los dientes por el continuo movimiento del incisivo superior contra el inferior.
Es un problema de origen nervioso, con lo que si se presiona demasiado a quien la sufre solo se consigue  el efecto  contrario. Hay que conseguir que la persona afectada entienda el problema e intentar recurrir a algunos sustitutos  en momentos de tensión, como comer chicle o mantener las manos ocupadas llevando en ellas por ejemplo una pequeña pelota. También resulta efectivo en los adultos hacerse la manicura con una capa de esmalte que ayude a evitar tentaciones.

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