Los grupos de ayuda mutua se forman de manera voluntaria para dar respuesta y cubrir las necesidades originadas de una situación compartida por todos sus miembros, sin la presencia de un profesional/psicólogo que guie a sus componentes.
En estos grupos los miembros aprenden a escuchar y a valorar los problemas de los demás ayudándoles, y por ello se convierten en grupos de apoyo emocional. Por eso también pueden recibir el nombre de grupos de autoayuda, grupos de autoapoyo o grupos de soporte.
Cada grupo es único y particular. Va fijando sus metas y sus objetivos en función de sus necesidades, pero sí es cierto que hay ciertas funciones comunes:
- Actúan y facilitan un apoyo psicológico a todos sus miembros.
- Intentan potenciar las relaciones sociales de sus afectados y que estos puedan rehacer sus relaciones (salir del aislamiento, conocer a otras personas...).
- Informan sobre los recursos existentes para hacer frente a la problemática (recursos económicos, sociales, asistenciales…).
- Sirven para sensibilizar a la población de su problemática y ejercer la presión o los derechos de reivindicación necesarios (realizan campañas, salidas…). Esta última función no siempre es necesaria, pero muchos grupos la incluyen.
Los GAM proporcionan un lugar donde expresar nuestros miedos y angustias, y también las alegrías y los objetivos conseguidos, pero sobre todo nos ayudan a desprendernos del egocentrismo cuando vemos que hay otras personas que también lo están pasando mal.
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