- Mientras la psicología es una ciencia que estudia la conducta de los individuos y sus procesos mentales, el coaching es un método que busca el entrenamiento de un grupo de individuos para lograr un fin específico relacionado con las habilidades personales.
- El coach no es un psicólogo, sino un asesor, y si encuentra una patología lo deriva a un profesional psicoterapeuta.
- Cuando se acude a un psicólogo se hace para cubrir las necesidades psicológicas básicas, cuando se acude al coach, es para ir más allá de las necesidades básicas.
- La duración de un proceso de coaching es sólo de algunas sesiones, una terapia psicoanalítica puede llevar años.
- Se aconseja acudir al coaching cuando se necesita resolver rápidamente una situación pragmática, está confundido, y/o le falta un principio, pero tiene disponibles, en el afuera, personas con quienes conversar sobre el tema. También cuando quiere conocer y reconocer aspectos de sí mismo que lo traban en algún sueño o decisión personal.
- Se recomienda acudir al psicólogo cuando uno se encuentra con un nivel de conflicto y/o compromiso emocional que lo agobia, y ya ha intentado soluciones para el mismo, que no han funcionado.
Aprende a tener una actitud positiva ante la vida para ser feliz con uno mismo y con los demás
Diferencias entre coach y psicólogo
¿Por qué debo contratar a un coach?
Un coach te puede ayudar a ser, hacer y tener lo que buscas. Este profesional te puede ayudar a planificar tus ideas, a darles formas concretas, a empezar aquello que nunca te has atrevido o has postergado.
Las personas que acuden al coaching suelen salir ganando en sus relaciones, desarrollando nuevas habilidades que redundan en un mayor éxito personal o profesional.
Si estás interesado en aprovechar tu vida al máximo y no sabes por dónde empezar el coaching puede ser el punto de partida.
Empieza marcando el camino y dónde quieres llegar
Debes establecer tus objetivos en positivo, lo que quieres alcanzar en la vida. Recuerda que debe ser algo específico y ofrecerte a ti mismo todos los detalles concretos.
Han de ser objetivos factibles y por supuesto sé realista. Necesitas situarte donde estas ahora y ser consciente de lo que te hace falta.
Permítete reflexionar cuando llegues a un punto en el que te sientas bloqueado.
El temor al fracaso
Es muy habitual que el miedo al fracaso evite que las personas se pongan en marcha y hagan su vida. Si se piensa que no se va atener éxito, ni siquiera se empieza una nueva tarea.
El temor al fracaso está relacionado con la depresión, con la poca confianza en sí mismo. La baja autoestima es muchas veces la culpable de la incapacidad para seguir adelante.
No hay que tener miedo a las críticas de los demás y no debemos caminar por la vida esperando la aprobación de los demás. No existe la perfección, todos tenemos el derecho a equivocarnos y todos tenemos derecho al fracaso.
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