¿Cómo podemos ayudar a un familiar hipocondríaco?

El hipocondríaco se cree muy enfermo cuando se le presenta el más mínimo síntoma: un poco de fiebre, dolor muscular, una erupción en la piel... Estas personas van continuamente al médico, se automedican y buscan información en Internet para confirmar sus malestares. No resulta fácil convivir con estas personas, incluso, a veces, el hipocondríaco de tanto quejarse, contagia sus manías a la persona que convive con él. Por eso, puedes aprender algunas pautas para ayudarle y para que este trastorno no perjudique vuestra relación. 

En primer lugar, debemos saber trasmitirle seguridad manteniendo una conducta firme pero sin menospreciarle. Tenemos que demostrar con acciones que su temor es infundado sin que se sienta atacado. No hay que darle pie para que dé rienda suelta a sus quejas, por ejemplo, no hablar de enfermedades en su presencia. En algunos casos, el origen de sus miedos puede deberse por haber vivido ago traumático, en tal supuesto, es bueno acudir al psicólogo.

Cuando los desórdenes mentales son debido al poco afecto de los padres

Buena parte de los desórdenes mentales del niño y del adulto tienen su origen en la inseguridad y el desamor vividos en el hogar en los primeros años de vida. Los padres secos, poco comunicativos, que no proporcionan amor a sus hijos, cometen un tremendo error, ya que la manifestación clara de cariño es la primera y más importante fuente de seguridad en el niño.
La seguridad tiene un doble componente:
- El físico, referido a la estabilidad, cuidado y desarrollo del cuerpo del niño, así como su protección ante los peligros.
-El afectivo, de amor y cariño desinteresado, y que es todavía más importante, ya que hace posible la expansión máxima de la responsabilidad.
No sólo hay que sentir el amor, hay que comunicarlo. Al final del proceso educativo, la protección física habrá desaparecido, mientras el componente afectivo seguirá intacto.

¿Deben los padres hablar de sexo con sus hijos?

En los inicios de la pubertad, se empiezan a sentir sensaciones nuevas que se desconocen. El tema de la sexualidad debe hablarse con confianza con los hijos, sobre todo con las hijas, y si no se hace, resultará negativo para ellas.
El apoyo de los padres es fundamental para ayudar a que el adolescente entienda lo que le está pasando. Y son los padres los que mejor les pueden informar.
Es adecuado enseñar con comprensión y cariño dónde están los límites.
Los hijos y en especial las hijas, deben ser educados de manera abierta para que adquieran el sentido de independencia, de libertad, para que tenga firmes convicciones, para que se sientan seguros y libres de tomar sus propias decisiones. Todo ello es importante para su propia felicidad.

La relación entre el comprador compulsivo y la depresión

La enfermedad del comprador compulsivo se denomina Oniomanía. Estas personas presentan baja autoestima, falta de autocontrol, inseguridad, propensión a la fantasía, sensación de soledad o vacío espiritual, además, suelen padecer otros trastornos como ansiedad y depresión. 
Se busca un mejor estado de ánimo, efecto de lo comprado. Sienten el deseo de comprar después de una ruptura amorosa, de un conflicto familiar o ante cualquier problema que afecta su estado de ánimo. 
Al comprar, la persona se siente importante, viva e invencible y quedan a un lado por un periodo muy corto, los sentimientos de soledad, tensiones o disgustos.
 El estado de euforia de los compradores compulsivos es característico en el momento que reciben su mercancía, pero cambia radicalmente conforme se acerca de nuevo a su hogar o a la situación que lo inquieta. Si no puede superar su adicción o ha fracasado en varios intentos, acuda al psicólogo.

El tratamiento no es fácil, pero recuerde que cada vez que controla los impulsos irracionales que le perjudican, habrá conseguido una victoria que lo hará más libre.

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