Estos niños revelan trastornos psocológicos asociados con un conflictivo desarrollo social y emocional.
El niño inadaptado se siente inseguro e infeliz y encuentra serias dificultades en sus relaciones personales. Los pocos amigos que hace los pierde rápido por su carácter egoísta, desagradable y vengativo. Se piensa inferior y perseguido por todos, acumulando una agresividad que después desea descargar contra los demás.
Aunque en estos casos es imprescindible el tratamiento psicológico, hay tres componentes que las personas cercanas al niño pueden tomar en cuenta para ayudarles:
- Es fundamental que se sienta seguro en su casa, en su ambiente más familiar.
- Debe sentir que se le quiere a él mismo por lo que es, por encima de los castigos.
- Debe poder sentir que es importante para alguien y que es útil en algún aspecto.
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